Alfabetización digital en salud: un desafío urgente para Europa
El Global
A medida que la atención sanitaria digital se normaliza, la capacidad de los ciudadanos para comprender y gestionar esta información es más importante que nunca. De nada sirve construir una infraestructura robusta que gestione datos y pueda avanzar hacia una medicina preventiva y personalizada si en la práctica solo está al alcance de unos pocos.
En la Unión Europea, la alfabetización digital en salud varía enormemente. Aunque muchos europeos usan internet para buscar información sanitaria, entre el 22% y el 58% de la población se enfrenta a obstáculos para acceder y comprender datos de salud digital, dependiendo del país. Esto plantea una grave preocupación en un contexto donde la falta de habilidades digitales puede traducirse en desigualdades en el acceso a la salud.
A pesar de que todos los Estados miembros deben implementar, por ejemplo, el Espacio Europeo de Datos Sanitarios, según la Organización Mundial de la Salud solo 14 países de la UE han implementado políticas para mejorar la alfabetización digital en salud.
También hay que ser cautelosos con los números, y ponerlos en su debido contexto. Por ejemplo, en España el número de usuarios de aplicaciones de salud autonómicas aumentó drásticamente durante 2021 y 2022 por la necesidad de obtener el certificado de vacunación contra la Covid-19. ¿Ello significa que hay un aumento real de los usuarios? Seguramente muchos usuarios se hayan familiarizado con estas aplicaciones en el contexto de la pandemia, pero no es menos cierto que estas cifras esconden muchos mayores -y no tan mayores- solicitando ayuda a familiares y amigos para poder salir ilesos del entramado de verificaciones y descargas.
En el frente legislativo, el reglamento de inteligencia artificial impone a los proveedores y responsables del despliegue -incluidos los profesionales sanitarios- la obligación de tomar medidas para aumentar los conocimientos sobre IA. Sin embargo, no existen aún medidas concretas que apoyen el desarrollo de habilidades digitales de los ciudadanos.
La alfabetización en salud digital todavía se trata como una cuestión de habilidades personales, pero es en realidad un desafío colectivo. Con una inversión adecuada y políticas inclusivas, la Unión Europea podría reducir estas brechas, empoderando a los ciudadanos para que tomen decisiones de salud informadas. Sin una estrategia donde puedan participar diferentes grupos sociales, las poblaciones más vulnerables tienen menos probabilidades de beneficiarse de la digitalización de los servicios de salud, especialmente con herramientas como registros médicos electrónicos y consultas en línea.
Y es que la alfabetización en salud digital debe ser, ante todo, inclusiva. A medida que se acercan las fiestas navideñas, tal vez sea el momento de pedir una estrategia coordinada para capacitar a los ciudadanos en habilidades digitales. Ello sin perder de vista, que los servicios tradicionales deben mantenerse para quienes no acceden a plataformas digitales.