La CNMC aporta frescura al debate del RD de Precios

Jordi Faus

El Global

Para muchos farmacéuticos y empresas del sector, la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) debe ser lo más parecido a Jano, el dios romano del principio y del final, habitualmente representado con sus dos caras mirando en direcciones opuestas. En efecto, hablar de competencia y farmacia suele encender los ánimos, especialmente si el debate gira en torno al modelo asistencial y de negocio que deseamos respecto de las oficinas de farmacia. Por otro lado, los farmacéuticos deben reconocer que esta misma Comisión ha remado en su misma dirección apoyando la liberalización de los descuentos que los laboratorios y mayoristas pueden ofrecerles.

El derecho de la competencia tiene estas cosas, va lanzando mensajes que a algunos pueden parecer que son de cal o de arena. En el fondo, si esto sucede es porque la CNMC opera de forma independiente, liberada de presiones sectoriales, y se puede permitir el lujo de ir lanzando ideas para consideración de todos los directamente implicados. Algunas parecerán interesantes, incluso óptimas; otras discutibles, faltaría más. Por otro lado, no hay que olvidar que el derecho de la competencia viva, una disciplina jurídica que necesita adaptarse continuamente a las vicisitudes del mercado. Hace años, por ejemplo, reservarla venta de ciertos productos cosméticos en exclusiva a las farmacias, se perseguía intensamente. Las cosas han cambiado; y en algunos casos esto puede ser perfectamente admisible.

A nivel de la industria, las autoridades dela competencia también han presentado sus dos caras. Esta semana, la CNMC nos ha mostrado una de sus caras amables con su Informe sobre el proyecto de Real Decreto de financiación y precios de medicamentos. Basta leer las conclusiones del Informe para deducirlo. La CMNC entiende que el proyecto, en lo que respecta a la decisión de financiación y de fijación de precios, no concreta los criterios ni reduce el margen excesivo de discrecionalidad de la Administración y mantiene el déficit de transparencia existente. En relación con este punto, recomienda que los criterios de financiación y precio previstos en la Ley de Garantías sean desarrollados de forma precisa y efectiva por el RD, lo cual es del todo lógico porque para eso sirven los reglamentos, para desarrollarlos principios generales contenidos en la Ley. En España, se ha optado por no concretar de forma precisa y efectiva los criterios de financiación y precio, lo cual supone una merma a las garantías de motivación y transparencia porque es muy difícil que las resoluciones individuales concreten de forma efectiva los motivos por los cuales han sido adoptadas. Las referencias sucintas a artículos de la ley que sólo contienen criterios a nivel de principios no son una motivación suficiente que respete los criterios de transparencia que vienen establecidos por la normativa europea. La CNMC lo advierte en su informe, recomendando que las nuevas reglas incluyan de forma expresa las garantías suficientes de motivación, publicidad y transparencia.

Por lo demás, la CNMC también recomienda la simplificación y reducción, salvo motivos justificados, de los plazos procedimentales, evitando que sean una barrera de entrada, y garantizar la independencia y capacitación técnica, en especial en economía de la salud y fármacoeconomia, de los órganos decisorios, que no es poco. Habrá quienes despreciarán el informe con argumentos diversos, a mí me parece un documento que aporta frescura en un momento muy oportuno.

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