No olvidemos la importancia y los beneficios del ‘compliance’

Francisco Aránega

EL GLOBAL

A estas alturas ya son pocas las compañías farmacéuticas o del sector de los productos sanitarios que no tienen asumida la importancia de contar con un sistema de complianceadecuado. Aun así, cada vez es mayor la frecuencia de noticias que, siendo más o menos cercanas, nos recuerdan que no podemos olvidarnos del compliance. De hecho, últimamente hemos tenido recordatorios de todo tipo: desde un reciente arresto de varios médicos en Nueva York por haber recibido sobornos de un laboratorio farmacéutico; a novedades legislativas en Francia que establecen que no contar con un sistema de compliance penal puede derivar en sanciones para compañías que operan en ese país; hasta los cada vez menos infrecuentes casos en España en los que se solicita responsabilidad penal a una persona jurídica.

Por ello, aunque durante los últimos años las compañías del sector han hecho un esfuerzo considerable por desarrollar sus estructuras de compliance, es importante recordar que la implantación de un sistema de compliance no termina con la aprobación de unas políticas o el establecimiento de cualesquiera otros elementos estructurales del sistema. De hecho, ahí es donde nacen una buena parte de los retos en el ámbito del compliance.

Así, una de las principales tareas que se están llevando a cabo en la industria en la actualidad es trabajar en la plena integración de los sistemas de compliance en los estándares de actuación y los procesos toma de decisiones de las compañías. Se trata de una cuestión que es laboriosa pero que, sobre todo, requiere importantes dosis de pedagogía sobre los beneficios del compliance.

En realidad, no solo es que, como dicen los americanos, “si cree que elcompliance es costoso, pruebe sin él”, es que, en un mundo como el actual, los beneficios de contar con sistemas de compliance son evidentes. En primer lugar está lo obvio; en unos sectores como el farmacéutico y de los productos sanitarios, con la complejidad de la normativa que les afecta, contar con un sistema operativo que facilite determinar de forma precisa lo que puede llevarse a cabo y lo que está fuera de lo aceptable, permite generalizar el cumplimiento de las obligaciones y, por lo tanto, reducir los riesgos que representa para el negocio tener que hacer frente a las consecuencias de los incumplimientos. Pero es que además puede haber otros claros beneficios operativos derivados de un buen sistema de compliance. Así, por ejemplo, el compliance puede permitir estandarizar actuaciones y, por lo tanto, aportar rapidez y previsibilidad en la toma de decisiones.

Otra cuestión fundamental en la que hay que seguir trabajando es en el entendimiento de la figura del compliance officer. Por supuesto, el complice officer no puede ser visto como alguien que entorpece las decisiones de negocio de la compañía. Al contrario, hoy en día el negocio cada vez requiere mayor exquisitez en el cumplimiento de las obligaciones y en el rechazo de las conductas incorrectas, por lo que la función del compliance officer no puede ser vista más que como la de un aliado de las actividades operativas de la compañía.

En definitiva, hay otros muchos ámbitos en los que entre todos deberemos trabajar en esto del compliance pero, sin duda, todo debe partir del convencimiento de sus beneficios y de su plena integración en los procesos de actuación de las compañías.

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