Que no pare la investigación
En un momento como el actual es preciso adaptarse a un contexto cambiante. Los sectores sanitario y farmacéutico lo están haciendo con nota.
El Global
En este escenario sin precedentes en que nos encontramos a causa del coronavirus todos debemos aportar nuestro granito de arena, redoblar esfuerzos por superar las adversidades, y adaptarnos de la mejor manera posible, cada uno en nuestra parcela, a un contexto cambiante que evoluciona día a día. Los sectores sanitario y farmacéutico, piezas clave en este nuevo escenario, no son una excepción. Y lo están haciendo con nota. Vaya desde aquí nuestro más sincero agradecimiento por la labor que están desempeñando.
En relación con dichos sectores, quiero referirme en particular a la investigación clínica, en la que España viene siendo uno de los países punteros a nivel mundial. También en la que se refiere al Covid-19. Según datos del Registro Español de Ensayos Clínicos, en nuestro país hay actualmente autorizados 61 de estos ensayos. Una muy buena noticia si tenemos en cuenta que en toda la Unión Europea constan registrados aproximadamente 200. En todo ello están teniendo mucho que ver la AEMPS y los Comités Éticos, en tanto que autoridades competentes para su autorización y evaluación. Desde dichos organismos se han adoptado diversas actuaciones para agilizar y fomentar la realización de ensayos que nos permitirán disponer, más pronto que tarde, de nuevos medicamentos y terapias para combatir esta pandemia. Así, por ejemplo, se han simplificado los trámites y acortado plazos para la puesta en marcha de estos ensayos e, incluso, en los ensayos “sin ánimo comercial” es ahora posible sustituir el preceptivo contrato entre el promotor y el centro en el que se desarrollan por un simple documento de conformidad de este último. Similares medidas se han adoptado para facilitar la realización de estudios observacionales con medicamentos ya autorizados para valorar su posible aplicación contra el coronavirus.
Por otra parte, también se han tomado medidas excepcionales para minimizar los riesgos derivados del Covid-19 en todos los estudios en curso durante esta emergencia sanitaria. Sin duda, estos proyectos no pueden verse paralizados por el Covid-19, y las medidas que se han adoptado buscan garantizar su continuación, siempre con el máximo respeto a la seguridad y bienestar de los pacientes. Hasta hace poco hubiera sido impensable ver muchas de estas medidas en la práctica, y hoy son una realidad. Así, por ejemplo, para garantizar el acceso al tratamiento del ensayo se ha permitido su dispensación a personas autorizadas por el paciente cuando debe tomarse en casa, así como su envío desde el Servicio de Farmacia del hospital al domicilio del paciente; en cuanto a la obtención del consentimiento del paciente, se ha habilitado la posibilidad de hacerlo de forma oral para evitar el riesgo de contagio, e incluso, en ciertos casos, sin necesidad de que se haga de forma presencial, sino por teléfono o videollamada; también se ha arbitrado la monitorización de los datos del ensayo por vía remota, así como otras medidas relativas a la transferencia de pacientes de unos centros a otros.
Frente a la adversidad es indispensable reaccionar con determinación y flexibilidad, y una actividad tan importante para todos como es la investigación clínica no podía quedar paralizada por terribles que sean las circunstancias que estamos viviendo. No ha sido así, y hay que felicitarse por ello. Esperemos que cuando todo pase y podamos volver a la normalidad, a la investigación se le otorgue la importancia que merece, al igual que ha ocurrido con el recobrado y bien merecido respeto y admiración que toda la población está tributando día a día a nuestros profesionales sanitarios.