Evaluación normativa europea: un modelo para España
El Global
La Comisión Europea ha abierto una consulta pública para evaluar el impacto del Reglamento (CE) Nº 1223/2009 sobre productos cosméticos, vigente desde 2013. Este proceso se enmarca en la iniciativa “Better Regulation”, que busca mejorar la calidad de la legislación europea mediante la recopilación de datos y opiniones de ciudadanos, organizaciones y expertos. La consulta está disponible en el portal oficial de la Comisión Europea.Abogada de Faus Moliner.
El objetivo de esta evaluación es analizar la eficacia, coherencia, relevancia y valor de la norma en el contexto actual, teniendo en cuenta que la norma se aprobó hace más de 10 años. Se pretende recabar información no solo de autoridades y organismos públicos, sino también de empresas, representantes del sector industrial, consumidores, así como científicos y académicos con experiencia en cosmética. Este proceso culminará con la publicación de un informe detallado con los resultados.
Este planteamiento refleja una cultura regulatoria madura, que reconoce que las normas deben evolucionar con la experiencia, la ciencia y la realidad social. No se trata solo de regular, sino de hacerlo mejor.
En España, el artículo 28 de la Ley 50/1997 del Gobierno establece la obligación de que el Consejo de Ministros apruebe anualmente un informe sobre el grado de cumplimiento del Plan Anual Normativo. Sin embargo, este mecanismo tiene un enfoque más cuantitativo que evaluador: se centra en verificar si se han dictado las normas previstas, pero no incorpora, de forma sistemática, valoraciones cualitativas sobre su eficacia real ni sobre el impacto que han tenido en quienes las aplican o las sufren. A diferencia del modelo europeo, no se han institucionalizado mecanismos de consulta abierta posteriores a la aprobación de las normas.
Esta diferencia revela que, mientras en la UE se afianza una cultura de mejora normativa basada en la evidencia y el aprendizaje continuo, en el ámbito estatal sigue predominando un enfoque formalista, más centrado en justificar la actividad normativa que en medir su utilidad real.
La consulta sobre el Reglamento Europeo de Cosméticos es una excelente oportunidad para que profesionales del sector, organizaciones y ciudadanos contribuyan activamente a la mejora del marco regulatorio, además de servir como ejercicio de transparencia y control institucional. Pero también puede ser una fuente de inspiración: convertir la evaluación normativa en una herramienta de transformación continua no solo mejora la calidad del Derecho, sino que fortalece la legitimidad de las instituciones y su conexión con la sociedad.
Tal vez sea el momento de avanzar también en España hacia una cultura regulatoria más abierta, reflexiva y participativa. Una cultura que no solo valore la producción normativa, sino que también ponga el foco en su seguimiento, en el aprendizaje colectivo y en la mejora constante. Porque revisar las normas no es admitir un fallo, sino demostrar que se quiere hacer mejor.