El valor de la innovación farmacéutica
El Global
En estos días que nos ha tocado vivir, en los que estamos pasando por momentos ciertamente complicados y plenos de incertidumbre, conviene fijarse especialmente en los aspectos positivos. Como siempre ha ocurrido en momentos de crisis, las dificultades están sacando a la luz lo mejor de nosotros mismos. Es admirable la ejemplaridad con la que la población ha asumido la necesidad de hacer sacrificios personales en pro del bien común. La responsabilidad con la que hemos interiorizado la necesidad de que se vea restringida nuestra libertad de movimientos, la solidaridad mostrada hacia nuestros vecinos y congéneres, y la generosa puesta a disposición de las autoridades de recursos y bienes privados son buena muestra de ello.
La velocidad con la que se propaga la pandemia ha provocado que la respuesta de las autoridades de todo el mundo haya ido a remolque de los acontecimientos, desbordando en muchos casos su capacidad de reacción inmediata, y provocando que muchas medidas que ahora se ven como imprescindibles hayan sido adoptadas con cierto retraso. Sin embargo, hay buenas razones para sentirse prudentemente optimistas.
A los esfuerzos emprendidos en otros lugares del mundo se han venido a sumar las medidas adoptadas por la Unión Europea y en nuestro propio país. Así, el Consejo Europeo extraordinario del pasado 10 de marzo estableció como prioridad la promoción de la investigación para el desarrollo de una vacuna, marco en el que se encuadra la Iniciativa de Medicamentos Innovadores de la Comisión Europea, que asigna una primera partida de 30 millones de euros a proyectos de investigación sobre el coronavirus. Nuestro país no se ha quedado atrás, y el reciente Real Decreto-ley 8/2020, de medidas urgentes extraordinarias, ha establecido medidas de apoyo a la investigación sobre el COVID-19. Entre ellas, la autorización de créditos extraordinarios para financiar la concesión de ayudas a la investigación pública y privada, la flexibilización de los requisitos para la realización segura de actividades de liberación voluntaria y utilización confinada con organismos modificados genéticamente, y la modificación del Fondo de Provisiones Técnicas para la financiación de proyectos de I+D+I de PYMES y empresas de mediana capitalización. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha adoptado asimismo medidas para facilitar la continuidad de los ensayos clínicos con medicamentos, así como para evaluar con urgencia nuevos proyectos investigadores destinados a combatir la pandemia, sin renunciar por ello a la seguridad de los pacientes involucrados en estos estudios. En los últimos días se ha dado a conocer, asimismo, la creación de un consorcio formado por tres instituciones científicas, el Barcelona Supercomputing Center, el instituto IrsiCaixa, y el Centre de Recerca en Sanitat Animal, que, con el apoyo de la multinacional Grifols, está desarrollando en Cataluña los primeros tratamientos contra el coronavirus. Se han iniciado también en hospitales de Madrid, Cataluña y País Vasco ensayos clínicos de ámbito internacional con antivirales, que se espera servirán para reducir la carga vírica en los contagiados e impedir que los contactos desarrollen el virus, y, que, de resultar efectivos, serán aprobados de forma acelerada por las agencias reguladoras.
Es en estos momentos difíciles cuando podemos apreciar plenamente el valor no sólo de nuestras instituciones públicas sanitarias, sino también el del permanente esfuerzo innovador que llevan a cabo las compañías farmacéuticas a las que, en demasiadas ocasiones, se ha acusado injustamente de velar exclusivamente por sus intereses comerciales. El agradecimiento espontáneo de la población a los esfuerzos y riesgos que están asumiendo nuestros profesionales sanitarios, fuerzas y cuerpos de seguridad y demás colectivos ha sido tan emocionante como sincero. Desde esta humilde tribuna me permito reclamar asimismo dicho agradecimiento para las personas y empresas que siguen incansables al pie del cañón para que puedan seguir llegando a nuestros hogares los fármacos y demás material necesario para la preservación y recuperación de nuestra salud. Sin duda también lo merecen