Resistencia antimicrobiana

Jordi Faus

El GLOBAL

Esta semana, los ministros de Sanidad y Agricultura de la Unión Europea se han dado cita en Amsterdam para tratar sobre la resistencia antimicrobiana. La conferencia está moderada por el doctor Josep Figueras, director del Observatorio Europeo de Políticas y Sistemas de Salud y se ha iniciado con un breve discurso de bienvenida de la ministra de Sanidad de los Países Bajos, Edith Schippers, de lectura muy recomendada. Lo encontrarán fácilmente en la web www.rijksoverheid.nl

La ministra Schippers alerta una vez más sobre la amenaza de la resistencia antimicrobiana, que mata a más de 25.000 europeos al año, sobre la que se ha hablado mucho; y sobre la que se ha conseguido más bien poco. No he visto la diapositiva, pero al parecer la ministra impresionó a sus colegas mostrando una foto de un camión lleno de papeles que recogen iniciativas, propuestas, planes de acción, buenas intenciones, sin haber cristalizado en medidas concretas. Mientras, los niveles de resistencia y el uso de antibióticos sigue aumentando.

Ante este panorama, los holandeses, que este semestre ocupan la presidencia del Consejo de la Unión Europea, dicen estar decididos a elevar la resistencia antimicrobiana a la categoría de prioridad política, y a promover la cooperación entre los Estados miembro, superando las dificultades que se derivan del sistema de reparto de competencias en la Unión Europea.

De la intervención de la ministra Schippers me quedo con su llamada a la adopción de medidas que favorezcan la investigación de nuevos antibióticos y su rápido acceso al mercado. Obviamente, este es sólo uno de los aspectos que pueden considerarse al diseñar cualquier estrategia en la materia; pero me permito señalar que tiene algunas ventajas respecto de otras áreas de actuación. De entrada, algunas de las medidas que pueden favorecer la investigación y el acceso al mercado de nuevos antibióticos se pueden adoptar con relativa facilidad por parte de las autoridades nacionales, y su aprobación puede tener un efecto dominó a nivel europeo. Además, son medidas cuyo impacto presupuestario puede ser bien controlado partiendo de la base de que este no es un mercado que presente un atractivo especial donde el consumo pueda dispararse. Además, el uso de cualquier nuevo antibiótico puede someterse a estrictos controles. Por otro lado, qué duda cabe que el apoyo a las entidades que deciden apostar por estas líneas de investigación reporta beneficios colaterales en término de fomento de la innovación y del empleo de calidad.

En España, el Plan Estratégico y de acción para reducir el riesgo de selección y diseminación de la resistencia a los antibióticos aprobados en 2014 establece como Línea estratégica V la definición de prioridades en materia de investigación. Esta línea estratégica parte de la constatación de que el desarrollo de nuevos principios activos es complejo; y añade que en el futuro es posible que requiera de iniciativas parecidas a los que se han seguido con los medicamentos huérfanos y/o pediátricos. Entre las acciones concretas identificadas en el Plan destaca la promoción del desarrollo de antibióticos con un valor añadido frente a los ya comercializados.

El nuevo gobierno de España, cuando retome el proyecto de real decreto de precios y financiación de medicamentos, podría contemplar que los nuevos antibióticos aprobados para el tratamiento de infecciones graves y que contribuyan a la lucha contra la resistencia antimicrobiana sean considerados de especial interés para el SNS y que se les aplique un procedimiento acelerado para decidir acerca de su financiación.

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