Aprender de la experiencia
El Global
La crisis global que actualmente estamos sufriendo a causa del coronavirus está sacando todo lo mejor de la sociedad. A cada minuto los medios de comunicación se hacen eco de iniciativas solidarias de todo tipo y en todos los ámbitos, tanto por parte del sector público como en muy buena medida del privado (y también, por qué no decirlo, de la unión entre ambos sectores), especialmente en el sector sanitario y farmacéutico.
En este último ámbito, quiero referirme, en primer lugar, a los incansables esfuerzos que se están haciendo en la investigación de nuevos fármacos y vacunas para combatir el coronavirus, para lo cual se han iniciado numerosos ensayos clínicos en muchos países. Sólo en España la AEMPS ha autorizado ya 8 ensayos clínicos y está estudiando autorizar otros 84 en breve. Es indudable que se están priorizando al máximo los trámites para llevar a cabo tales estudios, gracias a las medidas excepcionales adoptadas por nuestras autoridades para hacer frente a esta emergencia sanitaria; pero también es cierto que en estos procesos los tiempos son difíciles de acortar, entre otros aspectos por la ineludible necesidad de proteger en todo momento la seguridad y bienestar de los pacientes participantes en dichos ensayos, a la cual nunca podemos renunciar.
Entretanto, hasta que no se aprueben posibles nuevos fármacos indicados para el tratamiento de esta nueva enfermedad, debe combatirse con los tratamientos actualmente disponibles, algunos de los cuales son de moléculas de nuevo desarrollo y otros son usos nuevos de medicamentos ya autorizados en otras indicaciones. En nuestro país, el Ministerio de Sanidad ha elaborado un listado de tratamientos que se va actualizando constantemente, gracias a una gran cantidad de información que va siendo analizada conforme está disponible para las agencias reguladoras. En la recopilación de evidencias científicas sobre estas estrategias terapéuticas puestas en marcha para hacer frente a tan excepcional situación juegan sin duda un papel de primer orden los servicios de farmacia hospitalaria. Y, en este ámbito, es de destacar la excelente iniciativa recientemente adoptada por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), organización científica privada y sin ánimo de lucro, integrada por farmacéuticos de la Red Sanitaria del Estado, que tiene entre sus fines incrementar el uso adecuado y seguro de los medicamentos en beneficio de los ciudadanos y la sociedad en su conjunto. Me refiero, en concreto, a la puesta en marcha de un Registro Español de Resultados de Farmacoterapia frente el COVID-19. Con dicho registro se pretende conocer y evaluar la efectividad de la farmacoterapia empleada en el tratamiento de los pacientes que han sido ingresados en nuestros hospitales con ocasión de la infección por coronavirus durante la pandemia declarada en marzo de 2020.
A buen seguro tan loable iniciativa como la del recién creado registro de la SEFH será de ayuda para mejorar el manejo de la enfermedad, la efectividad de los tratamientos y, en definitiva, la supervivencia de los pacientes. Pensando más a nivel global, también creo que en un futuro no muy lejano el uso del big data en este tipo de iniciativas tendrá mucho que decir en el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades, por ejemplo mediante el análisis de miles de historias clínicas anonimizadas en todo el mundo.
En definitiva, como se suele decir coloquialmente, “la experiencia es un grado”, y creo que también en estos casos. Muy probablemente la experiencia nos lo confirmará una vez más.