La gran cita del derecho farmacéutico

La última semana de mayo fue la elegida para celebrar una de las grandes citas de los que nos dedicamos al derecho farmacéutico. Me refiero al XVI Curso de Derecho Farmacéutico que tuvo lugar en Madrid los días 28 y 29 de mayo organizado por la Fundación CEFI.

La calidad de los ponentes y la actualidad de los asuntos abordados resultaron apasionantes. Los asistentes no quedaron defraudados y pudieron asistir a un amplio repaso de los temas que preocupan al sector: desde la protección de la innovación y el acceso a la misma, hasta el último grito en competencia, contratación pública o redes digitales. Nuestro despacho participó en varias mesas en que se discutieron los asuntos más candentes, y, con su permiso, aprovecho para transmitir nuevamente a nuestra querida Nuria García y al patronato de la Fundación nuestro agradecimiento por la confianza que vienen depositando regularmente en nosotros.

De la mesa en la que intervino mi socio Jordi Faus, sobre acceso a la innovación, me quedo con dos ideas. Por una parte, las incertidumbres con las que tienen que convivir las compañías en nuestro país en relación con la inclusión de sus fármacos en la financiación pública; entre las que destaca, muy especialmente, la generada recientemente por el sorprendente informe del Ministerio en relación con la posibilidad de que las autoridades autonómicas y los hospitales públicos que de ellas dependen puedan adquirir fármacos que han sido objeto de una resolución expresa de no financiación del Ministerio. Por otro lado, hay que destacar el lado positivo de la balanza y el esfuerzo de las autoridades en hacer factible la financiación de los medicamentos CAR-T. Es de esperar que iniciativas como Valtermed reciban un impulso similar.

En otro orden de cosas, la mesa en la que pude intervenir abordó los cambios de paradigma en nuestro sector. Desde los retos del compliance, pasando por el acceso a la información en manos de la Administración, hasta las novedades en materia de lucha anti-falsificación o el aparente rebrote de la idea de los equivalentes terapéuticos que subyace en iniciativas recientes. Sobre esta cuestión, como señalé, conviene ser prudentes. Algunas decisiones recientes de tribunales administrativos en contratación pública parecen haber llevado a algunos a pensar que se ha abierto la veda para la sustitución en el marco hospitalario sin necesidad de autorización del facultativo y el consentimiento del paciente. Nada más lejos de la realidad en mi opinión, lo que demuestra que iniciativas como la de Fundación CEFI son imprescindibles para un sano debate e intercambio de ideas sobre cuestiones muy importantes que a todos nos afectan.